Colores, respeto y comunidad: “Estamos en proceso de un proyecto que reemplace el uso de pirotecnia”, afirmó Cavallera

 En un emotivo encuentro entre referentes de clubes y familias de Marcos Juárez, José Cavallera compartió un nuevo proyecto que busca promover la inclusión, el respeto y la identidad barrial a través de una propuesta tan visual como simbólica: llenar de banderas los clubes de la ciudad.

“Estamos en proceso”, contó José, al referirse a esta iniciativa que se está gestando junto a las familias y las instituciones deportivas. El proyecto tiene como objetivo principal confeccionar banderas representativas para cada club, de manera que los niños del fútbol infantil puedan ingresar al campo de juego mostrando con orgullo los colores de su equipo.

“Queremos que los clubes se llenen de trapos de colores, que cada institución tenga su identidad visual y que las banderas no solo se usen en los partidos, sino en todos los eventos deportivos que realicen”, explicó. A pesar de ciertas voces que se preguntaban si era necesario destinar fondos a este proyecto, Cavallera fue claro: “No importa, vamos para adelante, buscaremos la vuelta. Esto es algo que suma y queremos que se concrete”.

El proyecto no solo busca fortalecer el sentido de pertenencia, sino también brindar una alternativa visual que reemplace el uso de pirotecnia sonora, una problemática que afecta profundamente a muchas familias con hijos con hipersensibilidad auditiva. “Lo visual, lo visual”, repetía José, subrayando el enfoque del proyecto.

En ese sentido, José compartió también los desafíos que viven a diario muchas familias. Su propio hijo, al igual que otros chicos, sufre con los ruidos fuertes, como la música o la televisión alta. “Hay quienes se aíslan, otros se alejan, cada familia se las arregla como puede. Una mamá me contaba que cuando hay partidos se va a tomar mate a la curva de la Ruta 12”, relató.

Conmovido, pero con convicción, Cavallera insistió en que la comunidad ya dio su mensaje: “El 99,8% de los vecinos de Marcos Juárez no quiere pirotecnia sonora. Solo unos pocos no respetan. Tenemos que hacer entender que no se trata de prohibir la alegría, sino de encontrar otras formas de expresarla”.

El proyecto de las banderas busca ser parte de esa solución: ofrecer color, identidad y respeto, sin dañar ni excluir. Un camino que no solo se construye desde las instituciones, sino desde cada familia, desde cada gesto y desde cada elección de cómo queremos convivir.

Porque como bien dice José: “No hay que bajar los brazos. Siempre hay que reinventarse y buscarle la vuelta”.