Cambio de nombre Terminal de Ómnibus - Majorel afirmó que “Marcos Juárez le dijo basta al nombre Néstor Kirchner”
La aprobación en el Concejo Deliberante del proyecto de Iniciativa Popular que dispuso reemplazar el nombre “Néstor Kirchner” por “Posta Espinillos” en la Terminal de Ómnibus marcó un punto de inflexión en el clima político de Marcos Juárez.
Minutos después de la votación, la intendenta Sara Majorel publicó un mensaje contundente en redes sociales, celebrando la decisión como un “triunfo democrático” y enviando señales nítidas hacia la oposición y hacia su propio electorado.
En su comunicado, Majorel afirmó que “Marcos Juárez le dijo basta al nombre Néstor Kirchner” y destacó que el oficialismo de Juntos por el Cambio fue el único bloque que acompañó la iniciativa ciudadana.
La dirigente planteó el cambio como una reivindicación de la identidad local al afirmar que “Posta Espinillos” es un nombre “nuestro, sin cargas y sin divisiones”, contraponiéndolo al apellido Kirchner, al que vinculó con “sombras” y con un modelo político que —según expresó— “la sociedad ya no quiere más”.
Un mensaje con doble destino: vecinos y adversarios
La publicación de Majorel no solo agradece a los impulsores de la iniciativa popular, sino que también configura una lectura política del resultado legislativo. La intendenta sostuvo que:
- El oficialismo votó la decisión ciudadana, ubicándose como intérprete directo del reclamo social.
- La oposición “respaldó el pasado”, frase que funciona como un señalamiento directo hacia los bloques que no acompañaron la iniciativa, sugiriendo un distanciamiento entre esos sectores y la voluntad de los vecinos.
Este encuadre refuerza la construcción del oficialismo como representante del sentimiento local y de la identidad comunitaria, al tiempo que intenta consolidar un costo político para sus adversarios, asociándolos a símbolos nacionales que generan polémica.
El impacto institucional: la Iniciativa Popular como herramienta de legitimidad
La intendenta remarcó que el proyecto transitó todas las etapas previstas por la Carta Orgánica Municipal, enfatizando así la legitimidad del procedimiento. En términos institucionales, la jornada deja instalada la idea de que la participación ciudadana directa puede influir de manera efectiva en las decisiones municipales, especialmente cuando existe un clima social que demanda transformaciones simbólicas.
El uso de esta herramienta, relativamente infrecuente en gobiernos locales, puede abrir un nuevo capítulo en la interacción entre ciudadanía y poder político, y también pone al Concejo Deliberante en el centro del debate sobre su capacidad de interpretar o no las demandas del electorado.
La disputa por el significado del espacio público
El argumento central de Majorel es que los espacios públicos deben reflejar identidad local, memoria compartida y transparencia, lo que marca una clara intención de provincializar y municipalizar el debate, alejándolo de las tensiones nacionales. En este sentido, la elección de “Posta Espinillos” busca reforzar un relato territorial propio, con raíces históricas locales y sin connotaciones partidarias.
Este enfoque se alinea con una tendencia creciente en distintos municipios del país, donde se discute si es pertinente que espacios emblemáticos lleven nombres de figuras nacionales cuya valoración social está atravesada por divisiones políticas.
Un escenario político que se recalienta hacia el año electoral
Si bien el oficialismo capitaliza la decisión como una victoria social y política, la reacción de la oposición y el impacto en la opinión pública definirán cómo se reacomodan las fuerzas hacia el próximo año electoral.
El mensaje de Majorel —que concluye con un agradecimiento explícito a los vecinos y al bloque de Juntos por el Cambio— deja en claro que el cambio de nombre no fue presentado únicamente como una decisión administrativa, sino como un hito identitario y político que el municipio buscará sostener en la agenda pública.


